sábado, 27 de diciembre de 2008

La Contemplacion

Siempre me intrigo como los santos lograban tales obras de virtud heroica e incluso la intervención divina en forma de milagros, hasta que leyendo libros sobre el tema de la contemplación entendí que esta era parte de su entrenamiento para lograr tales proezas.
Lo único que se requiere para este ejercicio de meditación cristiana es
(1) una imagen de Cristo o de la Virgen Maria o de un Santo, incluso puede ser una imagen mental si puedes mantenerte concentrado en ella. En mi caso prefiero una imagen de la Immaculada Dolorosa, la imagen de la Virgen que me inspira mayor amor filial a Santa María. (2) Un lugar tranquilo. Puede ser un entorno natural cercano a nuestro hogar que siempre son los mejores, una habitación tranquila también sirve. Y si no tuvieras un lugar apropiado, o imagina un lugar apropiado o si no puedes imaginarlo, hazte de un lugar ordenado y limpio con el menor ruido posible. (Ya luego les enseñaré secretos para hacer silencio entre tanta bulla cotidiana).
Contempla la imagen elegida, y medita en sus cualidades y virtudes, como aplicar estas en tu vida cotidiana. Esto lo puedes hacer con ayuda de oraciones propias de la actitud contemplativa tales como el rosario o las jaculatorias. En el caso de la Imagen de la Immaculada Dolorosa, fijate como su corazón arde de amor a Dios y a los demás pese a las espinas que lo rodean.
Sea cual sea la imagen elegida, al principio notarás como el maligno mete su cola y que otros pensamientos te distraen. Es que no estas entrenado en la fe. No te apures, la cosa mejorará una vez que vuelvas tu atención a la imagen de devoción que has elegido, si perseveras tu mente no tardará en volverse fuerte y disciplinada.
Para que esto funcione, claro está, este tipo de oración debe realizarse a diario. En los primeros días te será dificil siquiera emplear cinco minutos en la empresa. Si eres perseverante en dos semanas deberás ser capaz de rezar contemplativamente durante veinte minutos sin que tu mente se distraiga en otras cosas. Asi adquiriras la fortaleza de la mente necesaria para llenarte de los criterios del evangelio como el amor al projimo y la esperanza.
Así te sentirás más sereno, habrás dado un importante paso para borrar las preocupaciones de tu mente y de sentir la alegría de la vida cristiana. Algunas veces puede que seas probado y no sientas nada, pero incluso en ese caso persevera. Los resultados te sorprenderán.

En Cristo y María
Freddy Raúl Calienes
7 de enero del año de nuestro señor del 2008

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